lunes, 10 de marzo de 2008

Cambio climático y negocios

Especialista en crear escenarios que anticipan el futuro, Peter Schwartz les aconseja a las empresas que consideren los potenciales efectos del cambio climático y tomen decisiones tendientes a contrarrestarlo. Los beneficios serán múltiples.

El cambio climático puede ser repentino y sus efectos devastadores. La manera en que las empresas globales reaccionen hoy en las regiones más vulnerables a sufrir el peor golpe afectará la viabilidad de esos mercados.

En las próximas décadas se estima un ascenso en los niveles de los océanos, sequías extremas, tormentas más intensas e inundaciones. Estos fenómenos impactan en las empresas cuando fuerzan a la población a trasladarse, se destruye infraestructura, se pierden cultivos, aumenta la volatilidad económica y, en los peores casos, la región se vuelve inhabitable.

Imaginemos lo que sucederá cuando, ante el aumento más leve en el nivel del mar, Bangladesh sea azotada por vientos monzones más fuertes y quede sumergida: más de 100 millones de habitantes se verán obligados a buscar refugio en las vecinas India o China, desencadenando una peligrosa presión social y económica. O imagine una sequía en el sur de China que reduce drásticamente el caudal del río Mekong, que corre a través de seis países asiáticos. Los conflictos aumentarán en torno al acceso al agua, para irrigación, y el suministro en los hogares y la industria, dañando a las economías de rápido crecimiento de la región.

Las empresas deben prever de qué manera el cambio climático podría afectarlas, incluyendo quiebres en sus cadenas de abastecimiento, migraciones de los empleados, aumentos en las enfermedades e, incluso, perjuicios a su reputación (las multinacionales podrían ser consideradas las culpables de problemas ambientales). También deben evaluar los riesgos de manera más amplia, identificando si los lugares donde operan son susceptibles de catástrofes relacionadas con el cambio climático. Para eso, tienen que ponderar la vulnerabilidad a inundaciones, sequías y tormentas, prestando especial atención a áreas con dificultades para adaptarse a los cambios, por ejemplo, aquellos países donde el Estado tiene capacidad limitada para responder a las emergencias, el ecosistema es frágil, la urbanización se acelera con pocos servicios sociales y el suministro de agua apenas da abasto. Haití es, probablemente, el caso más extremo, pero las Filipinas y partes de América Central también están en jaque.

Las empresas pueden colaborar con estas regiones realizando inversiones y apoyando las iniciativas resistidas y que mejoran el medio ambiente, como estándares de calidad de agua y aire más estrictos. De hecho, las vulnerabilidades creadas por el cambio climático pueden convertirse en oportunidades para las empresas dispuestas a acercarse a los gobiernos y a los principales jugadores en la cadena de abastecimiento, aun a sus competidores tradicionales. Al tomar un papel activo en ayudar a las regiones a anticipar el cambio climático y mitigar el riesgo, las empresas protegen sus intereses y, al mismo tiempo, se crean una buena imagen en las comunidades. Un ejemplo es Coca-Cola, que anunció que trabajaría con el World Wildlife Fund para proteger los recursos de agua globales.

Peter Schwartz
Es cofundador y presidente de Global Business Network, consultora especializada en estrategia con sede en San Francisco. Su ensayo sobre el cambio climático “Impacts of Climate Change” está disponible en www.gbn.com/climatechange.
© Carta de Noticias / Harvard Business School Publishing, 2007

INFORME DE PNUMA - GEO 4

PERSPECTIVAS DEL MEDIO AMBIENTE MUNDIAL
GEO 4 - PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL MEDIO AMBIENTE

Para acceder al informe completo: http://www.oei.es/decada/GEO-4_Report_Full_ES.pdf