jueves, 27 de diciembre de 2007

Existen basurales descubiertos en todo el territorio nacional

Universidad Nacional de Rosario | 26 de diciembre de 2007

Un 98% de municipios tiene basurales a cielo abierto. La problemática se extiende por todo el país, desde las grandes ciudades hasta las poblaciones de 5 mil habitantes.


Afirmar que no es posible encontrar un sistema adecuado para la última disposición y aprovechamiento de los residuos constituye una verdadera falacia. Así lo afirman los ingenieros mecánicos Carlos Barbieri y Eduardo Venini de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Sin embargo, en nuestro país el 98% de los municipios tiene basurales a cielo abierto. ¿A qué se debe este problema? Si es que hay soluciones, ¿cuáles serían?

Los profesionales, unos verdaderos superhéroes en acción de la problemática de los residuos sólidos urbanos, vienen trabajando en el tema desde hace 20 años. "Sucede que nosotros no somos investigadores, somos ingenieros que solucionamos problemas, lo que en buen romance significa que si algún municipio nos llama, nosotros vemos la factibilidad de llevar algún emprendimiento, que éste llegue a buen puerto y que, fundamentalmente, tenga un bajo costo", sostiene Barbieri.

Ambos ingenieros dictan seminarios en los que muestran su trabajo realizado en el tratamiento, aprovechamiento y disposición final de los residuos, es decir, enseñan qué se debe hacer con la basura. En este marco, fueron convocados por la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) para ofrecer sus cursos como un anticipo de las 1ras Jornadas de la temática que se realizarán en la última semana de marzo de 2008.

Su actividad no se limita a los municipios de la provincia de Santa Fe, sino que se extiende hacia otros campos de acción, de ahí su experiencia y autoridad. "Debemos trabajar con algunas decenas de municipios, además tenemos un plan nacional para Venezuela, un plan provincial para Neuquén. Hemos trabajado en Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires y lo hacemos mostrando que hay planes vinculados al tema que nos convoca que se pueden llevar adelante con los que realmente se puede llegar a buen puerto", afirma Venini.

Como buenos trabajadores en equipo, cada uno de los ingenieros se dedica a una tarea específica. Barbieri se especializa en la disposición final de residuos, diseña y concreta rellenos sanitarios. "Si no hay dinero para hacerlo, lo transformo en un vertedero controlado, que es una etapa previa a los rellenos sanitarios, con menor costo pero con buen funcionamiento", asegura.

Por otro lado, Venini se dedica a la tarea de campo relacionada con el aprovechamiento, planes con ciudadanos y escuelas. Ambos han trabajado juntos, también, resolviendo problemas de viejos basurales, saneándolos y dejándolos en buenas condiciones para algún otro tipo de emprendimiento.

Ahora bien, ¿de qué se trata, concretamente, la problemática con los residuos? "En primer lugar, el problema que hay en la República Argentina es que el 98% de los municipios no cuenta con ningún sistema de disposición final adecuado, la mayoría son basurales a cielo abierto, los que traen una serie de inconvenientes medioambientales, de la salud y otros tantos que no han sido resueltos adecuadamente. Nosotros demostramos que con algún tipo de tecnología, más la predisposición de tipo político, se puede transformar esa situación en algo mucho más afectable desde el punto de vista social, tanto ambientalmente, como económica y socialmente", señala Barbieri.

Se suele pensar que la basura es un problema de las grandes ciudades. Sin embargo, los ingenieros de la UNR vienen a derribar esta especie de mito. "Hemos trabajado con poblaciones de 5000 habitantes hasta poblaciones de 300 mil habitantes y lo único que cambia es la metodología, pero básicamente, la resolución del problema es el mismo. Cambia la magnitud, cambia el volumen de la cantidad de residuos que se manejan, nada más", remarca Venini.

Su actividad en la resolución del tratamiento de los residuos se basa sobre una premisa fundamental. "Nosotros somos ingenieros mecánicos, volcados a la parte termodinámica, por lo que el tema energético para nosotros es crucial y sucede justamente que en la masa de residuos hay mucha energía puesta en juego que se desperdicia", continúa el especialista.

A su vez, por otro lado, intentan educar en la clasificación de la basura. "Paralelo a la disposición final, que siempre hay que tenerla, se pueden hacer campañas con el fin de reducir la masa de residuos, es decir, hay determinados elementos que no deberían ir a parar a la disposición final, por ejemplo: papeles, plásticos, metales, aluminios, etc. Todo eso debe regresar a la parte industrial como elemento recuperado y ser reciclado, de la misma manera o con otro fin, pero de ningún modo ser desechado".

La cuestión, entonces, considerando que existen soluciones adecuadas para la problemática ambiental, es descubrir las razones que provocan que el 98% de los municipios tengan basurales a cielo abierto. "Hay varios factores. Uno es el aspecto económico. Para cualquier campaña que se precie de tal, para que llegue a buen término, hay que invertir. Tenemos vasta experiencia de ver cosas que se inician y no se continúan, por falta de dinero fundamentalmente o por falta de voluntad política", concluye Barbieri.

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martes, 18 de diciembre de 2007

La Argentina Ambiental. Una Lectura a través de Indicadores

La Argentina Ambiental. Una Lectura a través de Indicadores.

Parte 1

INTRODUCCIÓN

El medio ambiente es la fuente de recursos que abastece al ser humano de los recursos necesarios para su supervivencia económica y social. Es al mismo tiempo sumidero de los desechos generados por las actividades de producción y consumo y soporte de un amplio conjunto de servicios ambientales gratuitos que son prestados a la población humana.

A pesar de que las acciones humanas afectan notoriamente los ecosistemas la problemática ambiental es relativamente nueva en la agenda internacional, así como en cada uno de los Estados. Numerosos factores han incidido en ello, en muchos casos no existe información fiable realizada por entes especializados; no se ha realizado un seguimiento certero de los procesos de degradación; y, además, por ser un fenómeno que actúa a largo plazo, pocas veces es percibido por gran parte de la población.

En las últimas décadas surgió el concepto de desarrollo sostenible, el cual pretende modificar el concepto de desarrollo centrado en variables netamente económicas. Este concepto ha sido incorporado por el Informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Informe Brundtland) en 1987, donde fue definido por primera vez y puso de manifiesto la dependencia de la comunidad humana respecto a su medio ambiente. Lo establece como el desarrollo que permita satisfacer las necesidades básicas y las aspiraciones de bienestar de la población sin comprometer la posibilidad de las generaciones futuras de atender a sus propias necesidades y aspiraciones. Quedó constituido entonces el desarrollo sostenible, sustentable o duradero, que encierra una propuesta diferente y permite enriquecer las decisiones tomándolas no aisladamente sino teniendo en cuenta cuestiones que aparecen a largo plazo.

Es preciso señalar que muchos de estos problemas revisten carácter global, con lo cual las acciones individuales de muchos Estados carecen de eficacia, ya que es preciso contar con acuerdos de carácter mundial para el logro de determinados fines.

El concepto “desarrollo sustentable” involucra múltiples dimensiones: políticas, socioeconómicas, antropológicas, culturales, filosóficas y ambientales. Por lo tanto, hablar de desarrollo sustentable es hablar de desarrollo ambientalmente sustentable. Se trata de aprovechar las oportunidades para conjugar las fuerzas de crecimiento económico con una utilización adecuada de recursos, con una distribución equitativa de los beneficios y con la reducción de los efectos negativos del proceso de crecimiento económico en la población y el ambiente. Es por ello que este concepto fue aceptado ampliamente en la comunidad internacional.


ARGENTINA EN LOS TRATADOS AMBIENTALES INTERNACIONALES

En algunos países se esta incorporando la dimensión ambiental a la planificación del desarrollo, no obstante ello implica modificar las pautas de consumo de las sociedades capitalistas.

Argentina se ha comprometido a nivel internacional firmando la casi totalidad de los convenios ambientales globales. Y ello es un dato relevante en relación al concierto internacional, y al accionar de países aparentemente “más desarrollados”, que, sin embargo, no muestran la misma responsabilidad en este tema crucial.

Entre los tratados más importantes firmados por Argentina pueden mencionarse los siguientes:

  • Desde 1996, la Convención Internacional de Lucha contra la Desertificación (CCD) que se basa en la cooperación entre los estados afectados por el problema, apuntando a implementar el manejo sostenible de los recursos naturales en zonas secas. Argentina ratificó el CCD y va perfilando un proyecto para el manejo de recursos naturales en zonas secas.
  • Otro de los acuerdos ambientales globales es el United Framework Convention on Climate Change, firmado en 1992 y que apunta a las emisiones de gases invernadero como el dióxido de carbono. Adoptado inicialmente en Río de Janeiro en la cumbre de la Tierra entró en vigor el 21 de marzo de 1994. El objetivo es la estabilización de la concentración de gases de invernadero a un nivel que podría prevenir daños al clima. Argentina ratificó el UNFCCC en 1994.
  • La Convención de Viena se refiere a la Convención sobre la Capa de Ozono, adoptado en 1985. Pretende proteger la salud humana así como los daños ambientales promoviendo el uso de sustancias alternativas a los CFC y nuevas tecnologías monitoreando la capa de ozono y controlando las actividades que producen el efecto adverso. Argentina ratificó la Convención de Viena en 1990.
  • El Protocolo de Montreal a la Convención de Viena para el control de CFC, requiere que los países ayuden a proteger la tierra de la excesiva radiación ultravioleta cortando el consumo de CFC en 20 % sobre el nivel de 1986 en 1994 y 50 % en 1999 sobre el nivel de 1986 con permiso para el crecimiento en consumo de los países subdesarrollados. Argentina lo ratificó en 1990.
  • La Convención de las Naciones Unidas sobre la ley del Mar fue firmada en 1982 se hizo efectiva en noviembre de 1994 y establece un régimen legal para mares y océanos estableciendo reglas y estándares para prevenir y controlar la polución. Argentina lo ratificó en 1995.
  • La Convención sobre Diversidad Biológica promueve la conservación de la biodiversidad a través de cooperación científica y tecnológica entre los países con transferencia de tecnología. Argentina la ratificó en 1994.
  • Tratado de Asunción establece que la preservación del Medio Ambiente debe ser uno de los medios para alcanzar la ampliación de los mercados, acelerando los procesos de desarrollo económico de los Estados Partes con justicia social.
  • Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología
  • Protocolo de Kioto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. La Argentina no está incluida entre los países del Anexo I de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) ni en el Anexo B del Protocolo de Kyoto, por lo tanto no tiene compromisos cuantitativos de limitación y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, en su condición de Parte de la CMNUCC y del Protocolo de Kyoto el país se ha propuesto como meta cualitativa dinámica, una reducción sostenible de las emisiones de GEI provenientes de las actividades socioeconómicas, sin que ello afecte la capacidad de desarrollo del país. Ratifica por Ley 25.438 en el año 2001.
  • Objetivos de Desarrollo del Milenio – En el año 2002, los Jefes de Estado reunidos en la sede de las Naciones Unidas, formularon una serie de objetivos, denominados “Objetivos del Milenio” que se deberían alcanzar en el 2015. Los mismos se han adaptado, en octubre de 2003 a la realidad del país con el apoyo de las Naciones Unidas. Este documento establece una serie de objetivos, metas e indicadores que se deben alcanzar. Argentina ha establecido metas para cada punto:

    1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre.
    META 1. Erradicar la indigencia y el hambre.
    META 2. Reducir la pobreza a menos del 20%.

    2. Alcanzar la educación básica universal.
    META 3. Asegurar que en el año 2010, todos los niños y adolescentes puedan completar los 3 niveles de educación básica (10 años de educación).
    META 4. Asegurar que en el año 2015, todos los niños y adolescentes puedan completar todos los niveles de educación (3 niveles de EGB y polimodal).

    3. Promover el trabajo decente.
    META 5. Reducir en el año 2015 el desempleo a una tasa inferior al 10%.
    META 6. Incrementar la cobertura de protección social a dos terceras partes de la población para el año 2015.
    META 7. Erradicar el trabajo infantil.

    4. Promover la igualdad de género.
    META 8. Alcanzar en el 2015 una mayor equidad de género mediante una mejor participación económica de la mujer, una reducción de la brecha salarial entre varones y mujeres, y manteniendo los niveles de igualdad de género alcanzados hasta el 2.000 en el ámbito educativo.
    META 9. Aumentar la participación de la mujer en niveles decisorios (en instituciones públicas y privadas).

    5. Reducir la mortalidad infantil.
    META 10. Reducir en 3/4 la mortalidad de menores de 5 años y en un 20% la desigualdad entre provincias entre 1990 y 2015.

    6. Mejorar la salud materna.
    META 11. Reducir en 2/3 la tasa de mortalidad materna y en un 20% la desigualdad entre provincias entre 1990 y 2015.

    7. Combatir el VIH/SIDA, la tuberculosis y el chagas.
    META 12. Haber detenido e iniciado la reversión de la propagación del VIH/SIDA en el 2015.
    META 13. Reducir la incidencia de la tuberculosis un 8% anual y la tasa de mortalidad por tuberculosis un 10% anual, y haber certificado la interrupción de la transmisión vectorial de Chagas en todo el país en el año 2015.

    8. Asegurar un medio ambiente sostenible.€€€€
    META 14. Haber logrado en el 2015 que todas las políticas y programas del país hayan integrado los principios del desarrollo sostenible y se haya revertido la pérdida de recursos naturales (ambientales).
    META 15. Reducir en 2/3 la proporción de la población sin acceso al agua potable entre 1990 y el 2015.
    META 16. Reducir en 2/3 la proporción de la población sin acceso al saneamiento básico entre 1990 y el 2015
    META 17. Haber reducido a la mitad la proporción de la población residente en villas miserias y asentamientos irregulares.


LOS INDICADORES AMBIENTALES - HERRAMIENTAS DEL DESARROLLO SUSTENTABLE

1. Estadísticas Ambientales.


Las estadísticas ambientales se caracterizan por ser estadísticas de tipo básico, copiosas, que dan cuenta en su mayoría de los componentes del medio ambiente, presentan un nivel de procesamiento menor que los indicadores, y se publican generalmente a través de compendios. En la región son de un desarrollo inicipiente, con las debidas excepciones.


Situación De Los Países De La Región En Estadísticas Ambientales 1:

  • Con avance sustantivo (metodológico y publicación): Belice, Chile, Cuba, Dominica, Granada, Jamaica, México, Panamá, Perú, República Dominicana, Santa Lucía, Suriname.
  • Con avances en su Desarrollo: Antigua y Barbuda, Brasil, Colombia, San Kitts & Nevis, San Vicente, y Las Granadinas.
  • En fase de proyecto: Argentina, Guatemala, Nicaragua.


2. Indicadores.


$Los indicadores describen cualitativa o cuantitativamente a un criterio.
Se puede decir que un indicador es más que una estadística, es una variable que en función del valor que asume en determinado momento, despliega significados que no son aparentes inmediatamente, y que los usuarios decodificarán más allá de lo que muestren directamente, porque existe un constructo cultural y de significado social que se asocia al mismo.

Son parámetros utilizados para medir el nivel de cumplimiento de una actividad o un evento. En relación con la gestión gubernamental nos permiten conocer avances y desviaciones en el cumplimiento de los objetivos estratégicos, proyectos, servicios, y de la satisfacción que perciben los usuarios en relación con las políticas encomendadas a una instancia gubernamental (salud, educación, seguridad, servicios urbanos, uso de recursos públicos, etc.)

La agregación de indicares crea un índice o un indicador compuesto, y son agrupados de acuerdo a los fines perseguidos. Por ejemplo, el IDH provee una medida compuesta de tres dimensiones del desarrollo humano: vivir una vida larga y saludable (medida por la esperanza de vida); tener educación (medida por la tasa de alfabetización de adultos y de matriculación en la enseñanza primaria, secundaria y terciaria); y gozar de un nivel de vida digno (medido por el ingreso según la paridad del poder adquisitivo)2.

Los indicadores serán utilizados sólo si se interpretan fácilmente y transmiten un mensaje que puede traducirse directamente en acción política, por lo tanto deben hacer el seguimiento de las características controlables por los que diseñan la política.

Un indicador puede tener implicaciones políticas a distintos niveles y para usuarios diferentes, por consiguiente, tanto las bases de datos nacionales como las regionales son útiles: mientras las primeras son decisivas para los análisis a nivel del país y a nivel subnacional, las segundas permiten el análisis y las comparaciones entre países.

Seleccionar indicadores con relevancia política, implica que tanto la lista de temas a los que se hace seguimiento, como los indicadores empleados para hacerlo, deben estar abiertos para incorporar nuevos temas o desechar los viejos. De cualquier manera, quienes desarrollan los indicadores deben recordar que los datos de las series de tiempo pueden hacer una contribución útil al análisis, ya que seguir recopilando datos sobre un indicador que no tiene importancia para los procesos actuales de formulación de políticas, pero que forma parte de los sistemas de seguimiento ya establecidos, podría ser beneficioso a largo plazo.


a. Indicadores de Desarrollo

Las teorías del crecimiento son diferentes de las teorías del desarrollo económico. Las teorías del crecimiento tratan de analizar las razones y los factores que determinan el crecimiento del producto y la renta en una economía cerrada, es decir, sin tener en cuenta el efecto positivo o negativo que pueda tener la existencia de otras economías de otros países. Las teorías económicas del desarrollo, por el contrario, tratan de analizar las posibilidades de crecimiento de los países pobres en un mundo globalizado. Es decir, son modelos de economías abiertas, más complejos, en los que se tienen en cuenta muchos más factores.

Un Indicador de Desarrollo da cuenta de un cambio direccional y progresivo, una mejora desde el punto de vista de los objetivos fijados.

Para calificar de desarrollada a una nación debemos incluir aspectos materiales de acceso a niveles mínimos de bienes y servicios de calidad. Un indicador homogéneo que captura el bienestar de una nación, al menos en lo relacionado a los aspectos materiales, es el Producto Interno Bruto, que mide el valor de los bienes y servicios finales producidos al interior de una economía en un año determinado. En términos per cápita, el PBI es considerado como el indicador de desarrollo económico, y, por tanto su nivel y tasa de crecimientos son metas por sí mismas.

Si bien el PBI per cápita es una medida del desarrollo, hay que tener cuidado en no interpretarlo como el desarrollo. El desarrollo requiere que el progreso económico no alcance sólo una minoría. La pobreza, desnutrición, salud, esperanza de vida, analfabetismo, corrupción deben ser eliminadas para un adecuado desarrollo. No obstante estas características se obtienen generalmente de forma natural cuando la renta per cápita aumenta.

b. Indicadores de Desarrollo Sustentable o Sostenible: Los Indicadores Ambientales.

La Comisión Brundtland observó que muchos ejemplos de “desarrollo” conducían a aumentos en términos de pobreza, vulnerabilidad e incluso degradación del ambiente. Por eso surgió como necesidad apremiante un nuevo concepto de desarrollo, un desarrollo protector del progreso humano hacia el futuro.Si buscamos en los muchos modelos de desarrollo que se han elaborado, el modelo de desarrollo que es más inclusivo y que crea mayores oportunidades para la mayoría de satisfacer sus necesidades materiales e inmateriales en el largo plazo, es el sustentable porque mejor cumple con todas las premisas básicas.

Durante este proceso de comprensión, definición y puesta en marcha de la sostenibilidad, la segunda Estrategia Mundial de la Conservación de la IUCN (elaborada conjuntamente con el PNUMA y el WWF 1991 bajo el nombre de “Cuidar la Tierra”), definió al desarrollo sostenible como la mejora en la “calidad de vida humana sin rebasar la capacidad de carga de los ecosistemas que la sustentan”. Este informe aporta que una “economía sostenible” es el producto de un desarrollo de ese tipo, donde se logra mantener la base de recursos naturales y “puede continuar desarrollándose mediante la adaptación y mejores conocimientos, organización y eficiencia técnica, y una mayorsabiduría”. Esta estrategia deja en claro que se requieren profundos cambios culturales, y propone nueve principios para una “sociedad sostenible”: respetar y cuidar la comunidad de los seres vivos, mejorar la calidad de la vida humana, conservar la biodiversidad, reducir al mínimo el agotamiento de los recursos no renovables, mantenerse dentro de la capacidad de carga de la Tierra, modificar las actitudes y prácticas personales, facultar a las comunidades para que cuiden su propio ambiente, proporcionar un marco nacional para la integración del desarrollo y la conservación y forjar una alianza mundial.3

Los indicadores de sostenibilidad se construyen a partir de una concepción teórica (y, por tanto, ideológica) determinada, o sea, desde una forma específica de plantearse la sostenibilidad del desarrollo. Es por ello que para algunos sistemas, se plantean indicadores ambientales, mientras que para otros, indicadores de sostenibilidad del desarrollo o de los procesos económicos, según sea el caso.

Podemos decir, sin embargo, que los indicadores de sostenibilidad intentan reflejar al proceso de cambio y por lo tanto la capacidad de mantenimiento de la tendencia del desarrollo.

LISTADO DE INDICADORES AMBIENTALES Y DE SOSTENIBILIDAD PROPUESTOS, CON RELEVANCIA PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE: INDICADORES DE LA COMISIÓN DE DESARROLLO SOSTENIBLE (CDS)

Atmósfera

Cambio climático Agotamiento de la capa de ozono Calidad del aire.

Emisiones de gases de efecto invernadero - Consumo de sustancias agotadoras de la capa de ozono - Concentración de contaminación atmosférica en áreas urbanas.

Tierra

Agricultura: Forestal: Desertificación Urbanización.

Área permanente de cultivo y arable - Uso de fertilizantes - Uso de pesticidas en la agricultura - Área forestal como porcentaje del suelo -Intensidad de explotación maderera - Suelos afectados por la desertificación - Área de asentamientos humanos urbanos formales e informales.

Océanos, mares y costas

Zona costera: Pesca

Concentración de algas en aguas costeras - Porcentaje del total de población que vive en áreas costeras - Captura anual de especies mayores.

Agua dulce

Cantidad de agua y Calidad.

-Extracción anual de aguas subterráneas y de superficie como porcentaje total del total de agua disponible - Demanda bioquímica de oxígeno (DBO) en el agua - Concentración de coliformes fecales en agua fresca.

Biodiversidad

Ecosistema: Especies

-Área de ecosistemas claves seleccionados - Áreas protegidas como porcentaje del área total - Abundancia de especies claves seleccionadas

FUENTE: NACIONES UNIDAS - CSD THEME INDICATOR FRAMEWORK FROM 2001

3. Indicadores Ambientales como Herramienta de la Sostenibilidad.

La Comisión
de Desarrollo Sostenible (CDS) surgió de la Agenda 21, el programa de acción adoptado en junio de 1992 por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CNUMAD) también conocida como la Cumbre de la Tierra o Cumbre de Río, con el mandato de monitorear el progreso de los países hacia el desarrollo sostenible. Es en ella donde se ve la necesidad de contar con instrumentos para medir el avance hacia la sostenibilidad.

Aunque los indicadores de sostenibilidad ambiental habían comenzado previamente, es a partir de esta reunión de Río y de los compromisos que asumen los gobiernos en la Agenda 21, que el trabajo, hasta ese momento de carácter más bien académico, comienza a cobrar cuerpo en el ámbito de las políticas públicas y en la agenda de los políticos y diplomáticos en los países.

Este grupo de 23 países, liderados por el Programa de Trabajo de Naciones Unidas de Indicadores de Desarrollo Sostenible (IDS), en el seno de la CDS, piloteó en forma voluntaria el profuso listado de 134 indicadores, teniéndose para fines del 2001 un listado probado y reducido de 57 indicadores como referencia para los gobiernos. Este programa es sin duda la más ambiciosa iniciativa de cooperación internacional que comprende básicamente a los gobiernos y a expertos que se propusieron probar un listado amplio con sus correspondientes hojas metodológicas. Los países participantes en esta iniciativa han alcanzado resultados disímiles, como era de esperar por las condiciones tanto técnicas como financieras de las distintas realidades nacionales.

La Agenda 21 es un documento normativo con la perspectiva de alcanzar un desarrollo sustentable en los ámbitos social, económico y ecológico. En el documento se explica que la población, el consumo y la tecnología son las principales fuerzas determinantes del cambio ecológico y con mucha claridad se describe la necesidad de reducir las formas de consumo ineficientes y los desperdicios. Los 134 indicadores que contiene y sus correspondientes series de tiempo, han sido ya estimados para el intervalo de 1980 a 1994 y en conjunto constituyen los insumos del modelo presión-estado-respuesta (PER).

Por otra parte, la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN) promueve el método MARPS (Mapeo Analítico, Reflexivo y Participativo de la Sostenibilidad) el cual se aplica a un nivel comunitario.

Estas dos (PER y MARPS) resultan ser las mejores experiencias en la detección y aplicación de criterios e indicadores ambientales y de sostenibilidad.

Otro hito cooperativo relevante por producir estadísticas y evaluación del medio ambiente, es el esfuerzo del PNUMA, que a partir de 1997 elabora un informe ambiental de perspectivas del medio ambiente llamado Global Environment Outlook (GEO), en conjunto con su red regional de centros colaboradores. Este informe cubre las principales tendencias y problemas del medio ambiente en forma periódica. Así se tiene el primer GEO-1 (1997), y posteriormente el GEO mundial 2000 y 2003. En su versión regional, el GEO América Latina y el Caribe 2000 y 2003, ofrece algunos indicadores ambientales y una importante compilación de estadísticas ambientales para los países de la región, realizándose, además, un aporte en términos analíticos.

Las agencias internacionales compilan y publican algunas series estadísticas sobre variables ambientales para la mayoría de los países de la región. En este marco, también realizan cierto trabajo de procesamiento metodológico para que las cifras presenten un nivel aceptable de armonización. Los cuadros comparativos regionales e informes relativos al ambiente son publicados por: el Instituto de Recursos Mundiales (World Resources Institute (WRI)); la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (Food and Agriculture Organization of the United Nations FAO); la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), entre otros. Es importante tener en cuenta que estos cuadros estadísticos también presentan algunas dificultades respecto del nivel de actualización de la información, en la consistencia de los datos, y también insuficiencia de metadato.

En la 57ª Asamblea General, de los Objetivos del Milenio, se conocieron los avances de los últimos dos años en la implementación de la declaración. El ambiente sigue sumido en un estado de fragilidad. América Latina no ha podido frenar sus altas tasas de deforestación. A nivel mundial se ha disminuido el consumo de clorofluorocarbonos (CFC) y se ha logrado un uso más eficiente de la energía, aunque no se ha cumplido lo dispuesto en el Protocolo de Kyoto. Las prioridades indicadas por el Secretario General para los próximos años, son agua y saneamiento, energía, salud, agricultura y biodiversidad.

Situación de los Países de la Región en Indicadores Ambientales o de Sostenibilidad 4 :

  • Con avances sustantivos (publicados y actualizados): Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Nicaragua, México.
  • Con avances en su desarrollo: Perú.
  • En fase de proyecto: El Salvador, Nicaragua, Panamá, República Dominicana.


4. La Situación Argentina

La máxima autoridad ambiental nacional es la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable (SAyDS) que pertenece al Ministerio de Salud y Ambiente y tiene como objetivos la preservación y protección del ambiente, la implementación del desarrollo sustentable, la utilización racional y conservación de los recursos naturales, renovables y no renovables tendientes a alcanzar un ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo humano. Además, Argentina cuenta con la Ley general del Ambiente (Ley 25.675).

Para SAyDS, el desarrollo es sustentable cuando es económicamente efectivo, institucionalmente democrático y pluralista, socialmente equitativo y ambientalmente equilibrado. Este concepto lleva implícito la necesidad de satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer a las generaciones futuras.

En base a la Constitución Nacional, la legislación vigente, los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la experiencia acumulada en la SAyDS, se ha elaborado en marzo de 2004, las “Bases para una Agenda Ambiental Nacional”, donde se destacan las líneas de acción que orientarán la gestión ambiental en los próximos años.

Una de las líneas de acción priorizada en la Agenda, es la construcción de Indicadores de Desarrollo Sostenible, como herramienta para monitorear el desarrollo sostenible a nivel nacional y regional interno.

En ese sentido, también es importante destacar los avances realizados en la materia por la división de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), que lleva adelante el proyecto regional de Evaluación de la Sostenibilidad en América Latina y El Caribe (ESALC). Esta iniciativa presta cooperación técnica al país, en la construcción de los indicadores de sostenibilidad a nivel nacional provincial y local, que abordan aspectos económicos, sociales, ambientales, e institucionales, más sus respectivas interrelaciones.

El Informe GEO-Argentina 2004, en términos generales fue realizado de acuerdo a los criterios metodológicos generales establecidos por el PNUMA. La metodología básica es la denominada EPIR (Estado, Presión, Impacto, Respuesta) que procura ir develando secuencial y respectivamente: la situación ambiental (Estado), las causas que dan cuenta de dicha situación (Presiones), las consecuencias que se derivan de dicho estado (Impacto) y las políticas, estrategias, cursos de acción y acciones que se adoptan al respecto (Respuestas). Cabe señalar que a estas cuatro instancias básicas, se le agregaron otras dos: la identificación de los futuros factibles (Escenarios) y la formulación de las propuestas que resulten oportunas al respecto (Recomendaciones).

Según la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable (Sistema de Indicadores de Desarrollo Sostenible Argentina, 2004) las herramientas utilizadas para medir el progreso hacia la sostenibilidad deben ser creativas y multidimensionales. Es aquí donde los indicadores de desarrollo sostenible deben permitir por medio de la simplificación de procesos complejos entender el estado actual, identificar su meta final, y determinar el progreso que se ha hecho hacia esta meta. Un sistema de indicadores sobre el estado y tendencias del desarrollo sostenible en el país, aplicables a distintos niveles y escalas, debe constituirse en un elemento importante de cualquier estrategia que pretenda una visión integrada del desarrollo.


5. Limitaciones en el uso de los Indicadres Ambientales.

Debido a que cada país ha iniciado y desarrollado sus estadísticas ambientales en función de sus propias necesidades y de acuerdo a sus particularidades e institucionalidad existente, los distintos productos estadísticos ambientales hoy disponibles muestran una escasa, por no decir casi inexistente, comparabilidad regional. La estructura en que se organizan las estadísticas, las definiciones de las variables y sus unidades de medida, las coberturas territoriales o temáticas y representación gráfica, son por lo general, específicas para cada país.

Parece haber una contradicción entre si se puden utilizar o nó los indicadores ambientales para hacer comparaciones a nivel internacional, ya que muestran datos que obedecen a necesidades y particularidades de cada país.

También se debe hacer mención en que la escasez de metadatos en la mayoría de los casos, hace difícil establecer con exactitud los grados de comparabilidad, sobre todo en las variables que a primera vista parecen decir lo mismo, aunque se titulen en forma distinta según el país en cuestión.

Como consecuencia de lo anterior CEPAL viene desarrollando a través de Proyecto REDESA la armonización de un set básico de estadísticas ambientales que sirvan por un lado de base para la comparabilidad regional en esta materia, y por otro como impulso al desarrollo de las estadísticas ambientales en cada uno de los países.

Para salvar esta particularidad es conveniente que al momento de utilizar los indicadores en un análisis comparativo a distintas escalas se tomen como referencia los indicadores construídos por una misma fuente.

Para conocer más sobre indicadores ambientales se puede consultar: Proyecto Evaluación de la Sostenibilidad en América Latina y El Caribe (CEPAL); Comisión de Desarrollo Sostenible (CDS), de la Organización de Naciones Unidos (ONU), Iniciativa para América Latina y el Caribe (PNUMA) y los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

  1. Rayén Quiroga Martinez; Estadísticas del Medio Ambiente en América Latina y el Caribe: avances y perspectivas. Agosto 2005
  2. Informe del Desarrollo Humano 2006, Más Allá de la Escasez: Poder, Pobreza y la Crisis Mundial del Agua
  3. Estrategia Mundial de la Conservación de la IUCN – Cuidar la Tierra , en GEO América Latina y el Caribe, Perspectivas del Ambiente 2003.
  4. Rayén Quiroga Martinez; Estadísticas del Medio Ambiente en América latina y el Caribe: avances y perspectivas. Agosto 2005

Por: Lic. Beatriz Soledad Sosa y Dr. Fernando Julio Piñero

Sobre los Autores :

Fernando Julio Piñero

Títulos:
Magister en Relaciones Internacionales. Orientación: Negociaciones Internacionales. Facultad de Ciencias Humanas - Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Argentina, 1999. Posgrado Acreditado por la CONEAU según Resolución 625/99. Categoría “C”. Director: Dr. Mario Albornoz. Tema de Tesis: La cooperación Científico-Tecnológica Argentino-Brasileña: del PICAB al MERCOSUR.

Doctor en Sociología de la Facultad de Ciencias y Letras de la Universidad Estadual Paulista (UNESP), Campus Araraquara-SP. Brasil. Línea de investigación: Estado, Desarrollo y Políticas Públicas. Acreditado por CAPES, Categoría 5, Conceito MB. Titulo de la Tesis: “La inserción de Argentina y Brasil en la Sociedad de la Información Global”. Orientador: Prof. Dr. Luis Fernando Ayerbe. Diciembre de 2003.

Actuación Docente: Profesor Adjunto del Área de Economía del Departamento de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Nacional del Centro. Según Ordenanza del Consejo Superior Nº 3035/04 desde el 18 de Junio de 2004 y por el término de seis (6) años.

Profesor de la carrera de posgrado: Maestría en Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro. Dictado del seminario “Programas de cooperación con América Latina y Gestión de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación”. Resolución de Consejo Académico Nº 106/05

Antecedentes en Investigación y extensión: Director del Proyecto: POLÍTICAS PÚBLICAS DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN. Implicancias para Argentina y el MERCOSUR. Fecha de acreditación: 01-01-2006

Investigador del Grupo de Trabajo “Ciencia, Tecnología y Sociedad en América Latina y el Caribe” del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Período 2004-2007.

Trabajos Publicados: Sánchez Daza, Germán y Piñero, Fernando Julio: Ciencia y tecnología en el 2004: pocos avances en la integración y crecientes expectativas en la cooperación. En Anuario de Integración Latinoamericana y Caribeña. Grupo de trabajo en Ciencia y Tecnología. Red de Integración Regional (REDIR)- AUNA-Cuba. Convenio Andrés Bello, Bolivia, REDIR, 2005.

Fernando Julio Piñero y Germán Sánchez Daza: “La Sociedad de la Información y las Tecnologías de la Información y la Comunicación”. En: "IPN-CIECAS", Editorial: Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales del Instituto Politécnico Nacional de México, Vol. VII 02/2005. Título del Número: Ciencia y Tecnología. Febrero de 2005.

Piñero, Fernando Julio y Araya, José María Julio: “Revolución científico-tecnológica y sociedad de la información. Análisis a través de indicadores de seguimiento de la División Digital en América Latina”. En: APORTES, Revista de la Facultad de Economía, Benemérita Universidad de Puebla (México), Año X, Nº 29, Mayo-Agosto de 2005.


Sosa, Beatriz Soledad

Desempeño Actual:
Investigadora en formación del Centro de Estudios Interdisciplinario en Problemas Internacionales y Locales (CEIPIL), de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Argentina. (UNCPBA).

Formación Académica: Universitaria : 1997 - 2004.
Licenciatura en Diagnóstico y Gestión Ambiental. Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Humanas, Tandil.

Título de Grado: Licenciada en Diagnóstico y Gestión Ambiental. Tesis, Director: Mr. J.C. Morel, Tema: Eficiencia de la Legislación Nacional y Provincial en la protección de contaminación de la miel de productos veterinarios durante el proceso de producción primaria.

ARGENTINA EN EL CONTEXTO AMBIENTAL.

A continuación se hará un análisis comparativo de indicadores ambientales a nivel mundial, regional (América Latina y el Caribe, ALC) y nacional con el fin de conocer la ubicación de Argentina en las cuestiones ambientales.

Los datos estadísticos utilizados para el análisis comparativo de cada indicador propuesto a continuación fueron obtenidos del Banco Mundial para el año 2007. Se complementó con bibliografía específica, para enriquecerlo.

El análisis comparativo ha sido confeccionado sobre los siguientes indicadores: áreas protegidas; tierras cubiertas por bosques; población urbana y rural con acceso a agua potable; eficiencia energética (PBI por undidad de energía utilizada) y bióxido de carbono (emisiones per cápita). Estos indicadores fueron escogidos para el análisis en función de los indicadores propuestos a nivel Internacional por las Naciones Unidas bajo la iniciativa “A Better World for All 2000” de la que participan el FMI, la OCDE, la ONU y el Banco Mundial. A su vez cuatro de ellos forman parte de los indicadores base de los Objetivos del Milenio, Objetivo Nº 7 “Garantizar la Sostenibilidad del Medio Ambiente”, que tienen como meta incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales e invertir la pérdida de recursos del medio ambiente.


1. Áreas Protegidas (AP)

El indicador se calcula como porcentaje de la superficie total, definiéndose como tales a las áreas de al menos 1000 hectáreas, total o parcialmente protegidas, de características naturales, bien localizadas y definidas geográficamente que están destinadas a la protección y al mantenimiento de la diversidad biológica y de los recursos naturales.

Según el Banco Mundial (2000), en el caso de los países pequeños cuyas zonas protegidas pueden ser inferiores a 1.000 hectáreas, este límite se traducirá en una subestimación de la extensión y del número de zonas protegidas. Los datos no incluyen lugares protegidos en virtud de leyes locales o provinciales.

Pueden ser parques nacionales, monumentos naturales, reservas naturales o santuarios salvajes o reservas científicas.

Entre los objetivos de contar con AP se encuentra la preservación de especies, el mantenimiento de la biodiversidad, la investigación científica, el turismo y la recreación, la utilización sostenible de los recursos, la función educativa, y, la protección de las características naturales específicas. Su conservación es una de las bases fundamentales del desarrollo sostenible, y su mantenimiento, manejo y protección deben ser una prioridad política.

El Análisis se realizó sobre un total de 208 países, de los cuales se obtuvieron datos de 193.

En referencia al total de superficie protegida en km2 por país, las primeras diez posiciones están ocupadas por Colombia, Venezuela, Brunei, Belice, Tanzania, Zambia, Arabia Saudita, Liechtenstein, Uganda y Alemania. De entre estos países los que representan el porcentaje mas alto de areas protegidas corresponden a América Latina (Colombia 74.4 %, Venezuela 73.1%).

Los porcentajes van desde el 32% al 74.4 % muy superiores a la media mundial que es del 11,18%. Estos porcentajes reflejan la importancia que para cada pais tiene la biodiversidad a través de las políticas de concervación traducidas en AP.

Si tenemos en cuenta ahora cómo contribuye cada país a la cantidad total de AP a nivel mundial encontramos que las primeras diez posiciones son ocupadas por Brasil, Estados Unidos, Rusia, China Colombia, Arabia Saudita, Australia, Venezuela, Canadá, y Zambia. Se puede decir que los primeros puestos se encuentran bastante distribuidos por el globo. Los valores van desde los 1 531 000 km2 a los 312 000km2 y aportan entre un 10% y un 2% de las AP totales. El porcentaje de área total protegida del planeta es del 11.6.

Sin embargo, es importante destacar la precencia de Argentina en el puesto 17 que, con unos 175.000 km2 contribuye en un 1,16% a las AP del planeta. Mas aún si se tiene en cuenta que la media mundial es sólo de 78 392 km2.


La Situación en ALC y Argentina.

Las áreas naturales protegidas representan en la actualidad uno de los instrumentos más eficaces para la conservación in situ de la riqueza natural (especies, ecosistemas y servicios ambientales). En este sentido, y en cumplimiento con los compromisos adquiridos mediante la Convención sobre la Diversidad Biológica (1992) los países de ALC han realizado, en sus respectivos territorios, grandes esfuerzos encaminados a la reorganización administrativa, bajo el concepto de Sistemas Nacionales y al establecimiento de nuevas AP. Con estas acciones se ha dotado de protección jurídica y operativa a ecosistemas y especies de vida silvestre que se encontraban amenazados por el crecimiento demográfico, la ampliación de la frontera agropecuaria y por la sobreexplotación de los mismos.

En base al análisis del Indicador de AP para ALC se obtiene que el valor medio de AP es de 15,67%. Los primero lugares están ocupados por Colombia (74,4%), Venezuela (73,1%) y Belice (46.3 %). Estos países son los que hacen que el promedio de AP sea un valor relativamente importante ya que de los 32 países analizados 14 países se encuentran por debajo del 6,5%. Ello muestra que aún hay muchos páises en latinoamérica que no tienen incorporado suficientemente la necesidad de la conservación de la biodiversidad en sus agendas nacionales. Argentina se encuentra en una posición intermedia dentro del ranking (ubicación 17) y muy debajo del valor medio con su 6,4% de superficie protegida.

Más preocupante es aún si comparamos estos valores de áreas protegidas con los valores de superficie total. Por ejemplo, Brasil, Argentina, México, Perú y Colombia ocupan los primeros puestos en base a la superficie de sus territorios, son los países más grandes. Perú tiene menos de la mitad del territorio argentino en superficie, sin embargo posee más del doble de áreas protegidas que las nuestras. Brasil es tres veces más grande que Argentina, y posee un 1/5 de su territorio protegido, mientras que Argentina protege sólo la 1/15 de su territorio. Es deducible que Argentina podría hacer un mayor esfuerzo en relación sup total/sup protegida.

Si observamos ahora a Argentina con respecto a cómo contribuye en superficies protegidas con respecto a las totales en latinoamérica, vemos que aporta 4,41%, lo que la coloca en la posición nº6 a nivel regional luego de Brazil, Colombia, Venezuela, Perú y Bolivia. La superficie total protegida de América Latina es del 19,7%.

En el año 2003 la Comisión Mundial de Áreas Protegidas (UICN) organizó el Quinto Congreso Mundial de Parques en Durban, Sudáfrica, en el que se estableció un Plan de Acción, una lista de 32 recomendaciones específicas y un mensaje a la Convención sobre la Biodiversidad con recomendaciones que concluyeron con el actual Programa de Trabajo en Áreas Protegidas.

Recientemente, el Programa de Trabajo en Áreas Protegidas del Convenio de Diversidad Biológica, prestó particular importancia a mejorar varios temas relacionados con las áreas protegidas, entre ellos la necesidad de asegurar recursos humanos y financieros para la capacitación de los responsables de la planificación y el manejo de las áreas protegidas, la participación de los actores locales en el manejo y el reconocimiento de la importancia de las áreas comunitarias de conservación, entre otros.

En este contexto los países miembros de la REDPARQUES y los miembros institucionales y de la comisión de la UICN vieron la necesidad de intercambiar las experiencias en áreas protegidas de América Latina y solicitaron la colaboración de la FAO, UICN y PNUMA para colaborar con la organización del II Congreso Latinoamericano de Parques Nacionales y Otras Áreas Protegidas.

El reto actual de las áreas protegidas en la región es reinsertarlas en un contexto social, económico, político y ecológico determinado por los grandes cambios globales y regionales, la globalización económica, los cambios de sistemas de gobernanza, los cambios en los regímenes de tenencia, la consolidación de los enfoques de participación social basados en derechos, el cambio climático y la emergencia de la agenda de reducción de la pobreza.


Argentina


El primer antecedente de AP en Argentina se remonta al año 1903, cuando Francisco P. Moreno donó 3 leguas cuadradas a orillas del Nahuel Huapi para ser destinadas a “parque público natural”. Dentro de sus 2.791.810 km2, Argentina cuenta con más de 300 AP que cubren una superficie mayor de 170.000km2. Estas AP cuentan con distintos grados de implementación en su manejo como tales, es así que sólo ¼ del total presenta un grado de implementación que puede considerarse Alto, y los otros ¾ restantes un grado de implementación Bajo (solo lo necesario para la creación de las mismas).

Si tomamos como horizonte los valores de cobertura propuestos para el Milenio, sólo las ecoregiones de los Altos Andes, Bosques patagónicos, Esteros del Ibera, Monte de Sierras y Bolsones, Puna, Yungas y Selva Paranaense están cumpliendo ese requisito, en tanto las restantes están subrepresentadas.

AREAS PROTEGIDAS POR ECO-REGION.ARGENTINA.

Eco-Región

Superficie de la Ecoregión (Ha)

Nº de AP por Ecoregion

Superficie de las AP (Ha).

Porcentaje de la Superficie por Ecoregión.

Altos Andes

14.300.000

20

1.983.349

13,87

Puna

8.640.000

10

2.594.000

30,02

Monte de Sierras y Bolsones

11.710.000

8

1.161.812

9,92

Selva de las Yungas

4.661.000

24

1.928.674

41,38

Chaco Seco

49.298.000

24

1.923.823

3,9

Chaco Húmedo

11.850.000

15

129.144

1,09

Selva Paranaense

2.686.000

49

458.897

17,08

Esteros del Iberá

3.793.000

4

1.233.154

32.51

Campos y Malezas

2.768.000

1

250

0,01

Delta e Islas del Paraná

4.825.000

34

157.721

3,27

Espinal

29.740.000

22

40.586

0,14

Pampa

39.133.000

34

142.461

0,36

Montes de Llanuras y Mesetas

35.331.000

23

441.436

1,25

Estepa Patagónica

53.446.000

35

2.620.380

4,9

Bosques Patagónicos

7.000.000

44

2.801.394

40,02

Territorio Continental

279.181.000

--------

17.617.081

6,31

FUENTE: GEO ARGENTINA 2004

2. Tierras Cubiertas por Bosques

Este indicador toma el porcentaje de las tierras cubiertas por bosques con respecto a la superficie total del país (%SB). Se consideran las áreas de más de 5 hectáreas de bosques naturales o plantadas sean productivas o no, caracterizado porla presencia de árboles que deben ser capacesde alcanzar un mínimo de 5 metros y ausencia de otro tipo de vegetación. El término excluye los árboles establecidos para producción agrícola, por ejemplo los árboles frutales. Es decir que se consideran tierras forestaleslas que por diversos motivos (entre ellos clima y suelo) son inadecuadas para cultivos o pastoreo.

Cuando se hace referencia a la deforestación, las zonas deforestadas señalan la pérdida de la superficie forestal pero no miden el proceso de degradación de las masas forestales restantes. No se refieren a los bosques explotados que son regenerados, ni las zonas degradadas por incendios o recolección de leña, tampoco mide la explotación forestal que puede indicar la tala selectiva que deja la mayoría de los ejemplares en pie y muchas veces implica la reforestación.

Del total de bosques en el mundo la mayor parte, con más del 50 % se encuentra en latitudes bajas (bosques tropicales), aproximadamente un 30 % en latitudes altas (bosques boreales o taiga) y un 18 % en latitudes medias (bosques templados).

Según un informe de la FAO, Estados de los Bosques del Mundo 2007, en los últimos 15 años, de 1990 a 2005, el mundo perdió el 3% de su área total forestada a un promedio del 0,2% anual. Del 2000 al 2005 la tasa neta de deforestación bajó sensiblemente, en ese periodo 57 países reportaron un incremento en su área forestal y 83 reportaron una disminusión de los cuales 36 tuvieron una tasa de pérdida mayor al 1%. Sin embargo la pérdida neta de bosques permanece en 7,3 millones de has. por año, o 20.000 has. por día.

Muchos países están incrementando el área forestal destinada a la conservación. Desde 1990 al 2005, esta área aumentó un 32%, un incremento total de 96 millones de has., con aumentos en todas las regiones. Globalmente más del 11% de áreas forestadas ha sido destinada para la conservación de la biodiversidad.

El 36% de las áreas forestadas son bosques nativos, el líder es Latinoamérica y el Caribe con un 75% de bosques nativos seguido de Norteamérica con un 45%.

Las reservas de carbono en la biomasa forestal decreció aproximadadmente un 5,5% desde 1990 hasta el 2005. Las reservas de carbón se están incrementando en Europa y Norteamérica y están decreciendo en las regiones tropicales.

Se estima que 6 millones de has. de bosques nativos son perdidos o modificados cada año. Nueve de los 10 píses que tienen más del 80% del área mundial de bosques nativos reportaron pérdidas de al menos un 1% de esta área desde el 2000 al 2005. El peor de los casos representado por Indonesia con un 13% de pérdida y Brasil con un 4%. Este último es muy importante si se tiene en cuenta los valores en superficie de bosque que aporta Brasil tanto para el mundo (12%) cómo para ALC (52%), ello es analizado más adelante.

Haciendo un análisis del Indicador a nivel mundial se puede ver que de 198 países y tomando valores decrecientes en cuanto al %SB, los primeros diez países son muy pequeños en territorio como la IslaSalomnón, Guinea Bissau, Suriname, Bélice o Los Estados Federados de Micronesia, sus valores oscilan entre los 94,7 y los 72,5 %SB.

Se hace necesario entonces, para tener una buena referencia de la situación, conocer cuáles son los países que mayor %SB tienen.Así la lista está encabezada por Rusia, Brasil, Canadá, EEUU, China, Australia, Rep Dem Congo, Indonesia, Perú e India, juntos suman el 68% de la SB del planeta.

Es importante mencionar que Argentina se encuentra en la ubicación Nº 19, con un 12,1%SB que representa 3 millones de km2 y un aporte a nivel mundial del 0,9%SB del total.

El promedio de superficies cubiertas por bosques a nivel mundial es del 30,5 %.


La Situación en ALC y Argentina.

Según la FAO, la superficie cubierta por bosques de ALC alcanza un 45,5 %, superficie bastante mayor a la media mundial que es de 30,5 %, representando casi la cuarta parte de las áreas cubiertas de bosques y la mitad de las selvas forestales del planeta. La tasa anual de variación de área forestada entre 2000 y 2005 fue de -0,51% comparada con -0,46% de la década de los 90´.

Desde 1990 hasta el 2005 la región perdió 64 millones de hectareas. Durante este período, el área forestada, aumentó en el Caribe un 11%, disminuyó 19% en Am Centroaméricay disminuyó el 7% en Sudamérica.

Haciendo aquí nuestro análisis del indicador, partimos de los países con mayor cantidad de superficie boscosa, los primeros países son Brasil, Perú, México, Colombia, Bolivia, Venezuela, Argentina, Paraguay, Chile, y Guyana. Juntos representan casi el 94% de la superficie boscosa de América Latina. Debe notarse la presencia de Argentina en el séptimo lugar que con tan sólo el 12% de su superficie cubierta por bosques, aporta un 3,6%SB a ALC.

Otro dato relevante es que Brasil encabeza la lista porque posee un 56,5%SB en su territorio y esto le significa a ALC el 52,2% de sus bosques. No necesitamos decir quién es el pulmón aquí.

Según el Servicio de Estadísticas Cidutal (2003), los bosques representan en la región 1,83 hectáreas por persona; esta cantidad es casi tres veces superior al promedio mundial que alcanza sólo a 0,64 hectáreas por persona.

Esta situación favorable se explica básicamente por las condiciones naturales (entre ellas, suelo y clima) que permiten el desarrollo de extensas formaciones forestales de diferentes características.

La mayoría de los países cuentan con incentivos para el manejo de sus bosques nativos: exenciones de impuestos territoriales (Chile, Ecuador, Uruguay), asistencia técnica (Ecuador), subsidios (Argentina, México, Colombia) o pago por servicios ambientales (Costa Rica). Además, la mayoría de los países está exigiendo planes de manejo para las intervenciones, así como limitaciones en el cambio de uso de las tierras con bosques. Algunos países exigen estudios previos de impacto ambiental para la aprobación de cualquier proyecto forestal de importancia (Chile, Guyana), mientras que otros ya están aplicando la certificación forestal (México, Belice, Costa Rica, Brasil).

Una iniciativa positiva emprendida por algunos países como Argentina, Chile, Paraguay, Costa Rica y México es el establecimiento de bosques modelo, destinados a demostrar la aplicación del manejo sostenible, considerando aspectos productivos, ambientales y una amplia participación social, incluyendo grupos comunitarios e indígenas.

En Cuba, la creación de fincas forestales integradas ha tenido un éxito notable en la rehabilitación de vegetación de la cuenca del Cauto.


Argentina

Debe considerarse al respecto que debido a la ubicación del país, en términos bio-climáticos, no se sitúa en la región de mayor abundancia de bosques nativos. Nuestro país posee diversas áreas de bosques nativos e implantados.

Según Néstor Bercovich (2000), además de las actuales superficies cubiertas con bosques, existenunas 20 millones de hectáreas de suelos con aptitud para el cultivo forestal comercial que no compiten con usos agropecuarios. En Argentina más del 80 % de la producción de madera industrial proviene de bosques implantados.

El Centro de Información y Documentación Empresarial sobre Iberoamérica (2004), destaca que la producción anual de estos bosques es de 2,8 millones de metros cúbicos, un 30 % del total de la producción forestal del país; el resto proviene de los bosques implantados.

En cuanto a la deforestación, la extracción de fibra de bosques naturales y plantaciones prácticamente se ha duplicado en los últimos 30 años en la región. El país perdió alrededor de las 2/3 partes de la superficie forestal, con un ritmo de aproximadamente unas 140.000 hectáreas por año por el avance de la frontera agrícola y la urbanización. Considerando la superficie de bosque nativo percapita, en 1940 la misma era de más de 2 hectáreas de bosque nativo por persona mientras que en la actualidad este valor es inferior a 1 hectárea.

Según el Banco Mundial para el 2007 la tasa de deforestación es del 0,4%. La degradación sufrida en nuestro país por el bosque nativo a partir de fines del siglo XIX responde a una compleja trama de causales económicas, sociales, político-institucionales y tecnológicas.

Uno de los principales problemas del bosque nativo es la conversión de tierras forestales a otros usos, por expansión de tierras agrícolas, ganaderas y urbanas, así como por construcción de caminos y otra infraestructura (redes eléctricas, represas), o por explotaciones mineras. Otras presiones importantes son la extracción maderera, los incendios forestales y los fenómenos climáticos. También tienen efecto negativo fenómenos biológicos como la proliferación de plagas que a menudo reflejan alteraciones ecológicas de origen humano, particularmente a causa del monocultivo de especies forestales exóticas.

Entre los impactos producidos por la deforestación figuran la cantidad y calidad de los recursos hídricos que tiende a deteriorarse por una reducción de la cobertura boscosa, hay un incremento en las tasas de erosión de suelo y la sedimentación de los cauces hídricos. Pero quizá el impacto de mayor envergadura se evidencie en los bienes y servicios derivados de la biodiversidad, afectados por el aumento de especies amenazadas de extinción, por la conversión y fragmentación de hábitats boscosos, la extracción de maderas y la introducción de especies exóticas. A todos estos efectos también se suma la reducción en el potencial de fijación de carbono, como consecuencia de la deforestación y el deterioro de los suelos.

Recientemente, se gestionó el proyecto de ley de Promoción de Inversiones en el sector forestal-industrial. Según el Centro de Información y Documentación empresaria sobre Iberoamérica (2005), el gobierno nacional envió al Congreso un nuevo proyecto de ley de promoción forestal. Através de esta iniciativa se esperaba aumentar la actividad del sector forestal-industrial, incrementando la cantidad de hectáreas forestadas desde las 900.000 actuales hasta dos millones a corto plazo y tres millones a los diez años, además de poner en marcha el primer inventario de plantaciones forestales.

El manejo adecuado del bosque nativo se halla sistematizado en los criterios e indicadores del Proceso de Montreal, a los cuales la República Argentina adhirió al suscribir la Declaración de Santiago en agosto de 1995.

La concreción de acciones que permitan la conformación de un marco apto para la defensa del bosque nativo y contribuir a detener el proceso de deforestación y pérdida en la calidad del recurso, se ven entorpecidas por la debilidad de la normativa aplicable frente a graves procesos de conversión en el uso del suelo y por la falta de instrumentos económico - financieros que favorezcan la permanencia del bosque nativo, requerimiento imprescindible dado que el 80% de las áreas forestales en la Argentina son de propiedad privada.

En el ámbito de la SAyDS en julio del 2002 se creó el ProSoBo, para brindar asistencia técnica y financiera tendiente a realizar obras de restauración y aprovechamiento sustentable de las masas forestales nativas y de incremento del área forestada nacional: Proyecto Bosques Nativos, Sistema de Evaluación Forestal, Programa Nacional de Bosque Modelo, Programa de Productos Forestales no Madereros, Programa deEestadística Forestal, Plan Nacional de Manejo del Fuego, Plan Forestal Argentino.


3. Porcentaje de Población Urbana y Rural con Acceso a Agua Potable

Este indicador se refiere al porcentaje de población que cuenta con acceso aceptable a agua en cantidad suficiente, e incluye tanto el agua superficial tratada o el agua sin tratar pero no contaminada, como la procedente de manantiales, pozos excavados protegidos o que reúnen condiciones higiénicas.

A pesar de que la información se utiliza en forma generalizada, la mismaes subjetiva y el significado de la expresión “aceptable” puede variar entre los diferentes países o regiones.

Según Fernández Cirelli (2002), la definición legal de agua potable consiste en proporcionar una lista de compuestos y asociarlos con un nivel tolerable. Desde el punto de vista práctico, la cantidad de sustancias seleccionadas es limitada. En las legislaciones de los diferentes países se consideran entre 80 y 130, a pesar de que se sabe que el número de compuestos sintéticos que el hombre maneja es mayor a 70.000, y para muchos de ellos se desconoce el grado de toxicidad. De esta manera, aun cuando un agua pueda cumplir con las normas de potabilización, no se puede asegurar que no contenga contaminantes.

La preocupación por el tema del agua potableno es nueva ya que se han celebrado numerosos foros al respecto, entre ellos, en 2003, el Foro Mundial del Agua celebrado en Japón, que fue continuación del proceso que comenzó en Johannesburgo en el año 2002 donde fue identificada el agua como prioridadpara nuestro planeta.

En el Informe” Aguas para Todos, Aguas para la Vida” de las Naciones Unidas (2003), se expone que el ser humano extrae un 8% del total anual de agua dulce renovable y se apropia del 26% de evapotranspiración anual y del 54% de las aguas de escorrentía accesibles. El consumo de agua per cápita aumenta (debido a la mejora de los niveles de vida), la población crece y en concecuencia el porcentaje de agua objeto de apropiación se eleva.

América del Norte y Central

América del Sur

Europa

Asia

África

Australia y Oceanía

% de PoblaciónMundial

8

6

13

60

13

<1

% del Agua dulce

Mundial

15

26

8

36

11

5

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA EN BASE A “AGUA PARA TODOS, AGUA PARA LA VIDA” ONU

Por otro lado los recursos de agua dulce se ven reducidos por contaminación, se estima que unas 2 millones de toneladas son arrojadas a aguas receptoras diariamente. Como siempre, las poblaciones más pobres resultan las más afectadas, con un 50% de la población de los países en desarrollo expuesta a fuentes de agua contaminadas.

La tendencia a nivel mundial estima que para mediados de este siglo, como consecuencia del cambio climático, del crecimiento demográfico, del desarrollo económico y de la contaminación, unas7.000millones de personas en 60 países sufrirán escasez de agua, en el peor de los casos, y en el mejor se tratará de 2.000 millones de personas en 48 países.

Casi todos los países del Cercano Oriente y África del Norte sufren de escasez aguda de agua, así como otros países como México, Pakistán, Sudáfrica y grandes partes de China y la India. Casi toda el agua dulce que se utiliza en esas zonas se destina a la agricultura de regadío.

El dato más improtante a saber es que la mayor parte del consumo del recurso agua se dedica a la producción de alimentos y en los procesos de industrialización, por ejemplo en una sociedad industrializada el sanitario de un hogar gasta alrededor de 50 litros diarios, sin embargo 1 de cada 6 personas en el mundo no alcanza a cubrir los 20-50 litros diarios que necesita para comer, limpiar y cocinar, según establecen las Naciones Unidas como cantidad mínima para cubrir las necesidades básicas.


Población urbana y población rural

Si bien no hay acuerdo numérico a nivel internacionalpara designar la población urbana, con fines estadísticos se considerala proporción de la población que vive en zonas definidas como urbanas por cada país. Los términos urbano y rural designan diferentes maneras de organización del espacio. Mientras lo urbano hacereferencia al uso de suelo para actividades secundarias y terciarias los espacios rurales son aquellos en los que se desarrollan básicamente,actividades primarias.

Hay una correlación clara entre urbanización y desarrollo. Según Alban D’ Entremont (1997) en América del Norte y en Europa occidental la población urbana supera el 80 % de la población total, en Oceanía, América Latina y el antiguo bloque soviético se sitúa alrededor del 75%, y en el resto del mundo supone una proporción substancialmente más reducida, de entre 30 % y un 50 %.

Cabe aclarar, por otra parte que en los datos analizados, entre 177 paises, 39 comparten la primera posicióncon un 100 % de población urbana que tiene acceso a agua potable. La mayoría de ellos son europeos, a los que se agregan países como Japón, Corea, y nuestro vecino Uruguay.

Según los datos estadísticos del 2007 un 83% de la población mundial cuenta con acceso a agua potable. Es decir que aproximadamente 5.343 millones de habitantes acceden a agua potable y unos 1.100 millones no beben agua potable siendo el continente africano el que padece en mayor medida el problema del agua, ya que en promedio más de la tercera parte de lapoblación carece de este servicio.

Teniendo en cuenta el Indicador, si se aglutinan los estados que poseen el 100, 99 o 98 % de la población urbana, Argentina figura en tercera posición mundial.

Ahora bien, analizando los países que se encuentran por encima de Argentina en el ranking mundial, se observa que:

  • mayoritariamente son países industrializados (Alemania, Australia, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido, Suecia), de los cuales, sin embargo, Argentina se encuentra muy próxima en porcentaje;
  • otra porción importante, de los que se ubican entre 2% a 1% por sobre Argentina, en su mayoría son países con una menor superficie territorial y población.

La suma de ambas variables, a) y b), destaca aún más la excelente posición en que se encuentra Argentina en este crucialaspecto ambiental.


La Situación de ALC y Argentina

América latina es de los territorios con menor grado de desarrollo el más fuertemente urbanizado. Según datos del año 2004, cuatro de las diecisiete aglomeraciones mundiales de más de 10 millones de habitantes están localizadas en la región: México con 26,3 millones dehabitantes, San Pablo con 24 millones, Río de Janeiro y Buenos Aires con 13,3 millones cada una.

En cuanto al acceso al agua potable, la situación másprecaria se ubica en los países de América Central y Caribe. Efectivamente, dicha región, con una población total de aproximadamente 498 millones de habitantes, unos 26 millones de habitantes urbanos y unos 51 millones de habitantes rurales carecen de servicios de agua potable, representando aproximadamente un 7 % de la población urbana y un 39 % de la rural.

Según los más recientes estudios desarrollados en relación a América Latina y el Caribe, la tasa de acceso a agua potable aumentó 26 % entre 1990 y 2000, pero para cumplir con el ODM (Objetivo delMilenio) es necesario aumentar en un 33 % el acceso al servicio de aquí al año 2015.


Argentina

En Argentina, se fijo el criterio de 2.000 habitantes como el número mínimo que debe tener una aglomeración de población para ser considerada urbana. Las aglomeraciones con población menor a esa cantidad, o que se encuentre dispersa, serán consideradas por lo tanto, población rural. Asimismo serealiza una subdivisión entre rural concentrada y rural dispersa considerándose a esta última como a las poblaciones que habitan en localidades de menos de 500 habitantes.

De acuerdo con los últimos datos disponibles, del total de su población el 96 % tiene acceso a agua potable, un 98% de la población urbana y alrededor de un 80 % de población rural. Argentina se sitúa en una posición privilegiada en ALC y en el mundo, con una tendencia positiva en cuanto a la provisión de este servicio.

En efecto, según el Banco Mundial, en el período 1982-85 el acceso era del 63 % mientras que posteriormente enel período 1990-96 fue del 77 %.

Es importante destacar que Argentina forma parte del Proyecto Piloto Para América Latina sobre Indicadores de Aplicación y Cumplimiento de la Normativa Ambiental en Materia de Agua y Aire, una iniciativa del Instituto del Banco Mundial. Este proyecto tiene como objetivo conocer el estado de situación de los indicadores y proponer recomendaciones para mejorar dicha realidad en el pais.


4. Eficiencia Energética (PBI por undidad de energía utilizada)

La década del 90 se caracteriza por una creciente desregulación de los sectores energéticos y una mayor sensibilidad en cuanto a la problemática ambiental. La desregulación llevó a un menor incentivo por parte de las empresas energéticas a invertir en eficiencia energética y muchos países incorporaron nuevos instrumentos de política para la promoción del uso eficiente, compatibles con el nuevo marco institucional.

El año 2004, OLADE colaboró con el World Energy Council (WEC) en la elaboración de un análisis a nivel mundial sobre el estado de la eficiencia energética y se encontró que el consumo de energía había crecido más lento que la economía, cuantificándolo a través de la reducción del consumo de energía por unidad de PBI (intensidad energética) con una tasa de 1.5% anual, entre 1990 y 2002. Durante el mismo período, la intensidad energética de Europa decreció con una tasa de 0.9% anual, mientras en Latinoamérica y el Caribe decreció con una tasa de 0.5% anual.

La intensidad energética a nivel mundial ha tenido un decrecimiento continuo, siendo China el principal responsable de la mejora pues con un decrecimiento del 6% anual, pasó de una baja productividad energética en 1980 a lograr el promedio mundial en el 2002. Latinoamérica y el Caribe mantienen, como región, una intensidad energética por debajo del promedio mundial.

Los resultados que Europa alcanzó y que han llevado a la Comisión Europea a proponer desde el 2006 una meta del 20% de reducción del consumo de energía hasta el año 2020 se sustenta, sobre todo, en la decisión política que se refleja en la institucionalidad que la eficiencia energética tiene de soporte en la gran mayoría de los países de la Unión Europea.


P
ara hacer el seguimiento de este indicador se hace necesario definir algunos términos:

PPC (paridad de poder de compra): un dolar internacional tiene el mismo poder de compra sobre el PBI de un pais como un dolar estadounidense en EEUU.

PPC PBI: es el PBI expresado en dolares internacionales, una vez aplicada la tasa de conversion PPC.

PBI por unidad de energía utilizada: es la cantidad de dolares internacionales producidos (PPC PBI $ año 2000) por cada kg equivalente de petroleo usado.

El Indicador, entonces, es una medida de eficiencia en el uso de energia en la economia de un pais, cuanto mas alto este valor denota mayor eficiencia.

En su análisis podemos ver que de los países con datos para el 2007 y a nivel mundial, los primeros 10 lugares están ocupados por: Hong Kong en primer lugar con una Efiencia Energética de 11,5 2000 PPP $/Kg petroleo equivalente, Colombia 10,9; Perú 10,9; Bangladesh 10,5; Uruguay 10,4; Marruecos 10,3; Namibia 10,2; Costa Rica 10, Irlanda 9,5; Botswana 8,6 y Panamá 8,4. Obsérvese que la mitad de estos países son latinoamericanos. Argentina (7,4) se encuentra en la posiciónnº 19 de un total de 122.

Países desarrollados como EEUU (4,6), Francia (5,9), Noruega (5,9) y Holanda (5,8) entre otros se encuentran entre 3 y 4 puntos por debajo de los países subdesarrollados de Latinoamérica mencionados anteriormente.


La Situación en ALC y Argentina

La participación regional en las reservas petroleras mundiales (el insumo energético estratégico en la mayor parte de los países) se duplicó en los últimos veinte años; México y Venezuela poseen el 40 y el 50 % del total, respectivamente. Aunque el consumo regional ha venido creciendo en forma constante durante los últimos 20 años, su participación en el consumo mundial (un 5,2 % del total) no ha variado significativamente. También es notable que su eficiencia productiva (medida en términos del consumo energético por unidad de producto) se haya estancado o incluso deteriorado en estas dos décadas. Mientras que en los países industrializados laintensidad energética disminuyó un 20 % en el período 1980-1999, América Latina y el Caribe consumió en promedio al final del período un 7 % más energía para producir la misma unidad de producto.

El comportamiento de la intensidad energética regional se explica por una insuficiente incorporación de tecnologías más eficientes, un parque industrial obsoleto, la aplicación de subsidios al precio de los combustibles (con respecto a los precios vigentes en el mercado internacional) y el consumo elevado e ineficiente del parque automotor. La tendencia al aumento de la intensidad energética (comoconsecuencia de una recomposición industrial hacia procesos productivos y exportaciones altamente consumidores de energía) ha sido notable en países como Brasil. Esta situación contrasta con la importante oferta total de energía existente en la región, como proporción del producto interno bruto, que supera en un 40 % a la de los países industrializados (GEO Am Lat y Caribe 2003). Ello revela un grave problema de subutilización energética, que forma parte de los desafíos regionales para alcanzar la sostenibilidad del desarrollo.

A nivel mundial se considera que el potencial económico para la eficiencia energética en la región está entre 10 y 20%, con una estimación que apenas considera reducciones del consumo entre el 3 y 5%, los ahorros estimados debidos a la incorporación de planes nacionales de conservación de energía en los países de ALC, en los próximos 15 años, podrían alcanzar ahorros acumulados entre el 2003 y 2018 de alrededor de 156 mil millones de dólares para toda la región, lo cual demuestra la importancia del ahorro de recursos tanto energéticos como financieros que se podrían alcanzar al ejecutar esos planes.

Analizando el Indicador EF, Colombia, Perú; Uruguay; Costa Rica, y Panamá son los cinco países más eficientes en el uso de su energía de la región. Argentina por su parte se encuentra ubicada en el séptimo lugar con 7,4 2000 PPP $/Kg petroleo equivalente.

En el Seminario 'Eficienciaenergética: Obstáculos, Experiencias Exitosas y Aportes Regulatorios', organizado por la CEPAL y el gobierno chileno, la secretaria ejecutiva adjunta de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Barcena, indicó que la actual coyuntura marcada por los altos precios del petróleo, puede ser una nueva oportunidad para enfrentar adecuadamente la dependencia energética de la mayoría de la región. En este contexto se vio la necesidad de promover programas nacionales de uso eficiente de la energía y de inviertir en fuentes renovables como la energíasolar, la geotérmica y la eólica.

La CEPAL también señaló que se requiere una base institucional y un marco legal que propicien el ahorro energético y la concertación de los sectores público y privado. Se destacó que el derecho al uso eficiente de energía debería ser parte de los derechos económicos de los ciudadanos porque tenemos derecho a vivir en un ambiente sano.

Los países latinoamericanos con una experiencia consolidada, con institucionalidad especializada, normativas y etiquetado de equipos son Brasil y México. Perú expidió en el año 2000 la Ley de Promoción del Uso Eficiente de la Energía; Costa Rica tiene el Proyecto sobre “Manejo de la Demanda y Uso Racional de Energía Eléctrica en el Istmo Centroaméricano”; Colombia a través de la Ley 697 del 2001 fomenta el uso racional de la energía y promueve el uso de energías alternativas; el resto de los países de Latinoamérica ó no han trascendido con sus programas de eficiencia ó se encuentran todavía en una etapa inicial que no muestran aún resultados que se deban resaltar.

En cuanto a Argentina, tiene en proceso el Proyecto de Ley de UEE (1999) y el proyecto de Ley 34 sobre Uso Eficiente de la Energía en Argentina que fue sancionado el 4 de julio del 2003 por la Comisión de Minería, Energía y Combustibles del Honorable Senado de la Nación Argentina.


5. Bióxido de Carbono (CO2)

Este indicador mide las emisiones de CO2 dividido la población en la mitad del año, está expresado en toneladas métrica per cápita.

El CO2 es uno de los Gases de Efecto Invernadero, es decir que contribuye en el calentamiento global.

Las emisiones globales han aumentado. Estados Unidos y Canadá causan ahora algo más de una cuarta parte de ellas. Las emisiones de China aumentaron desde 1% del total hasta el 13% en 1996. Entre 1950 y 1996, las emisiones globales totales aumentaron desde 6,4 mil millones a 24,4 mil millones.

Las concecuencias del calentamiento global ya se aprecian. El planeta se ha estado calentando durante 100 años, se predice una subida de la temperatura de 3.5ºC, lo que sería el mayor cambio climático global desde el final de la última era glacial hace 10.000 años. Se estima que el nivel de los océanos del mundo podría aumentar hasta un metro a finales de siglo por el derretimiento de los casquetes polares glaciares.

En el protokolo de Kyoto, los países desarrollados (38 países industrializados) se comprometieron a disminuir sus emisiones de “gases de efecto invernadero” en un 5,2 % promedio entre 2008 y 2012con respecto a los niveles registrados en 1990. La mayoría de estos paises no logrará el objetivo. Estados Unidos nunca firmó el protocolo.

Siguiendo el análisis y de acuerdo al indicador escogido, vemos que los datos obtenidos para el año 2007 son los mismos del año 2003, es decir que no se han actualizado.

En 2003, el 22% del total de emisiones mundiales tuvo origen en EEUU, seguido por China con 16%. A pesar del colapso sufrido a principios de los 90, Rusia es el cuarto emisor mundial, seguido de cerca por India y Japón.

La representacion global para los seis mayores emisores de CO2 es muy diferente cuando se toma en cuenta la población. Las toneladas métricas de CO2 per cápita se corresponden con los siguientes valores: Estados Unidos 19,9; Rusia 10,3; Japón 9,6; Unión Europea 8,2; China 3,2; India 1,2.

En base a las tendencias para el año 2003 las emisiones globales alcanzaron un pico de 27 billones de toneladas métricas, un incremento del 19 % sobre los niveles de 1990. Durante ese período la distribución proporcional de emisiones provenientes de los países desarrollados y en vias de desarrollo ha cambiado sustancialmente. Cerca de la mitad de las emisiones mundiales de CO2 de la industria del cemento y la combustion de combustibles fósiles provino de países desarrollados. El mayor emisor es EEUU. De los países en desarrollo China e India son los principales emisores.

Por otra parte, el Global Carbon Project, consorcio internacional de investigadores, afirma que entre 2000 y 2005 las emisiones crecieron 4 veces más rápido que en los 10 años anteriores. En concreto el ritmo de emisión entre 1990 y 1999 era de un 0,8%, pero entre 2000 y 2005 se alcanzó un 3,2%. Los datos los obtuvieron del Carbon Dioxide Information Analysis Center (Departamento de Energía de los EEUU).

No podemos dejar de mencionar la situación Argentina en dicho contexto, afortunadamente las emisiones en toneladas métricas per cápita son muy inferiores a las de los países mencionados anteriormente, y globalmente hablando su ubicación es intermedia.


La Situación de ALC y Argentina

Según datos aportados por “GEO América Latina y el Caribe 2003”, a mediados de la década de 1990, estimaciones preliminares indicaban que América Latina y el Caribe eran responsables de aproximadamente un 11 % de las emisiones mundiales de CO2 (el 4,3 % de las emisiones originadas en procesos industriales, y un 48,3 % de las provocadas por cambios en el uso de la tierra). México y Brasil están entre los 20 principales países emisores de CO2 en el mundo, en orden de magnitud, mientras que Venezuela, Argentina, Colombia y Chile están entre los principales 60 países emisores.

Según este Indicador, al 2007, en las emisiones por habitante varias naciones y territorios del Caribe son países petroleros, como las Islas Vírgenes estadounidenses (124,3), las Antillas Holandesas (22,7), Aruba (21,8), y Trinidad y Tabago (22,1) están posicionadas entre los 10 primeros a nivel mundial; así como las Islas Caimán (4,1), las Bermudas (7,9) y Venezuela (5,6) que están entre los principales 60 países emisores. Debido a la relativamente pequeña población del Caribe, esta contribución por habitante no es significativa en volumen total.

América Latina tiene un valor igual a 2,4 toneladas métricas per cápita. Obsérvece la diferencia significativa que existe entre un habitante de latinoamericano (2,4) y uno estadounidense (19,9).


Argentina.

Por otra parte, Argentina es uno de los países que más toneladas métricas per cápita emite, con un valor igual a 3,4 se encuentra en la octava posición entre los países de América Latina. Salvo Trinidad y Tobago con un 22,1 el resto de los países latinoamericanos se escuentran con valores inferiores a las 5,6 toneladas métricas per cápita.

En Argentina, el PNUD estuvo directamente asociado con la gestión del financiamiento para realizar el Primer Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero, que fuera financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial. La ejecución del Proyecto ARG/95/G/31 – PNUD-SECyT concluyó exitosamente en Diciembre de 1997, haciendo que Argentina fuese el primer país en desarrollo que presentó su inventario nacional a la Secretaría de la CMNUCC. Además, como fuera acordado con el personal de la sede del PNUD, en Nueva York, el inventario propiamente dicho estuvo complementado con cuatro estudios de gran interés para la comunidad.Tres de ellos fueron estudios de vulnerabilidad y uno de mitigación.


Conclusiones

Como se ha visto en la primer parte de este trabajo, los Indicadores de Desarrollo Sostenible son el resultado de un esfuerzo interdisciplinario por lograr el monitoreo de las condiciones ambientales en un determinado momento o lugar.

El proceso de selección y construcción de indicadores comenzó conLa Comisión de Desarrollo Sostenible y responde a la necesidad y al derecho de los seres humanos de vivir en un ambiente sano y de contar con recursos aptos, suficientes y sostenibles en el tiempo.

Los Indicadores de Desarrollo Sostenible constituyen una herramienta que permite conocer el grado de avance de un país hacia la sostenibilidad ambiental.

Uno de los condicionantes que se debe tener en cuenta al momento de elegir un Indicador es su difícil grado de comparabilidad. Los Indicadores son dinámicos porque los sistemas naturales y antrópicos también lo son. Responden a necesidades que van de acuerdo a particularidades de cada país o región,por lo tanto se hace difícil evaluarlos o seguirlos porque o se interrumpe la medición o pierden relevancia cuando las condiciones también cambian.

En la mayoría de los países de América Latina y el Caribe los Indicadores de Desarrollo Sosteniblese encuentran en la etapa de construcción y ajuste. Esta etapa en general está subordinada por Organismos Internacionales que colaboran en el seguimiento a nivel técnico.

Argentina ha demostrado interés y marcado compromiso con su activa participación en los tratados internacionales de incumbencia ambiental y, sobre todo, con la elaboración de la Agenda Ambiental 2004 que fomenta la creación de Indicadores de Desarrollo Sostenibles.

Si bien los Indicadores a nivel nacional aún se encuentran en etapa de ajuste, en los últimos años argentina ha logrado publicar informes muy completos y analíticos con el estado de la situación ambiental.

A partir del análisis de los cinco Indicadores escogidos se pudo determinar que:

  • En lo que a Áreas Protegidas se refiere sólo unas pocas regiones del país alcanzan los valores propuestos para los Objetivos del Milenio por lo que se necesitará de un mayor esfuerzo. En porcentaje de territorio cubierto se encuentra en una posición intermedia con respecto a ALC pero en una posición destacada con respecto al mundo.
  • Uno de los principales problemas que tiene Argentina para mantener la superficie total de bosque con la que cuenta es la debilidad normativa ante los graves procesos de conversión en el uso del suelo, por la falta de instrumentos económicos y financieros dado que el 80% de las áreas forestales son de propiedad privada. Actualmente se encuentra en proceso de aprobación el Proyecto de Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental para los Bosques Nativos.Con el 12% SB Argentina se encuentra en un lugar destacado en ALCya que aporta a la región un 3,6% de la SB total. A nivel mundial su papel no es menos importante, aporta casi el 1% de la superficie boscosa total.
  • Argentina posee una posición equiparable a la de los países industrializados en el Indicador Porcentaje de Población Urbana y Rural con acceso a Agua Potable. También cabe resaltar, que el nivel de desarrollo alcanzado, adquiere mayor relevancia si se tiene en cuenta que los países ubicados por encima de Argentina en el ranking mundial, mayoritariamente, tienen una superficie a cubrir menor, y, en varios casos, poseen una población sensiblemente inferior.
  • La eficiencia energética muestra que ALC, como región, aún tiene mucho por mejorar, se encuentra por debajo del promedio mundial, pero tiene importantes condiciones para concretar dicha mejora. Sin embargo Argentina se impone por un valor alto en el indicador, lo que la posiciona entre los primeros de la región y también del mundo.
  • Las principales actividades a las que Argentina debe dirigir sus esfuerzos para disminuir sus emisiones de CO2 son las generadas por el sector primario, agricultura y ganadería, juntas aportan el 47 % del total de las emisiones.

El valor de sus emisiones se encuentra por debajo del promedio mundial, y si se la compara con los países industrializados no es preocupante, sin embargo en ALC se encuentra entre los países que más generan.

Para finalizar, vale la pena resaltar que el análisis de la problemática ambiental a partir de indicadores resulta una alternativa metodológica clave que posibilita una aproximación al campo de la comparación internacional en donde las diferentes (trayectorias) performance de los países seleccionados puede ser analizada en perspectiva comparada y por lo tanto, posibilita ubicar a los países de la región y a la Argentina en el contexto internacional.

La internalización de las problematicas ambientales son evidentes con la ratificación de los tratados ambientales internacionales firmados y con los resultados alcanzados hasta el momento por la SAyDS.

Ninguno
de los indicadores ha mostrado valores preocupantes, y sobre los que es necesario trabajar un poco más, para su mejora en pos de los Objetivos del Tercer Milenio, tienen igualmente una condición mejor que países caracterizados como “desarrollados” quienes provocan el mayor deterioro ambiental mundial.


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Por: Lic. Beatriz Soledad Sosa y Dr. Fernando Julio Piñero

Sobre los Autores :

Fernando Julio Piñero

Títulos:
Magister en Relaciones Internacionales. Orientación: Negociaciones Internacionales. Facultad de Ciencias Humanas - Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Argentina, 1999. Posgrado Acreditado por la CONEAU según Resolución 625/99. Categoría “C”. Director: Dr. Mario Albornoz. Tema de Tesis: La cooperación Científico-Tecnológica Argentino-Brasileña: del PICAB al MERCOSUR.

Doctor en Sociología de la Facultad de Ciencias y Letras de la Universidad Estadual Paulista (UNESP), Campus Araraquara-SP. Brasil. Línea de investigación: Estado, Desarrollo y Políticas Públicas. Acreditado por CAPES, Categoría 5, Conceito MB. Titulo de la Tesis: “La inserción de Argentina y Brasil en la Sociedad de la Información Global”. Orientador: Prof. Dr. Luis Fernando Ayerbe. Diciembre de 2003.

Actuación Docente: Profesor Adjunto del Área de Economía del Departamento de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Nacional del Centro. Según Ordenanza del Consejo Superior Nº 3035/04 desde el 18 de Junio de 2004 y por el término de seis (6) años.

Profesor de la carrera de posgrado: Maestría en Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro. Dictado del seminario “Programas de cooperación con América Latina y Gestión de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación”. Resolución de Consejo Académico Nº 106/05

Antecedentes en Investigación y extensión: Director del Proyecto: POLÍTICAS PÚBLICAS DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN. Implicancias para Argentina y el MERCOSUR. Fecha de acreditación: 01-01-2006

Investigador del Grupo de Trabajo “Ciencia, Tecnología y Sociedad en América Latina y el Caribe” del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Período 2004-2007.

Trabajos Publicados: Sánchez Daza, Germán y Piñero, Fernando Julio: Ciencia y tecnología en el 2004: pocos avances en la integración y crecientes expectativas en la cooperación. En Anuario de Integración Latinoamericana y Caribeña. Grupo de trabajo en Ciencia y Tecnología. Red de Integración Regional (REDIR)- AUNA-Cuba. Convenio Andrés Bello, Bolivia, REDIR, 2005.

Fernando Julio Piñero y Germán Sánchez Daza: “La Sociedad de la Información y las Tecnologías de la Información y la Comunicación”. En: "IPN-CIECAS", Editorial: Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales del Instituto Politécnico Nacional de México, Vol. VII 02/2005. Título del Número: Ciencia y Tecnología. Febrero de 2005.

Piñero, Fernando Julio y Araya, José María Julio: “Revolución científico-tecnológica y sociedad de la información. Análisis a través de indicadores de seguimiento de la División Digital en América Latina”. En: APORTES, Revista de la Facultad de Economía, Benemérita Universidad de Puebla (México), Año X, Nº 29, Mayo-Agosto de 2005.


Sosa, Beatriz Soledad

Desempeño Actual:
Investigadora en formación del Centro de Estudios Interdisciplinario en Problemas Internacionales y Locales (CEIPIL), de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Argentina. (UNCPBA).

Formación Académica: Universitaria : 1997 - 2004.
Licenciatura en Diagnóstico y Gestión Ambiental. Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Humanas, Tandil.

Título de Grado: Licenciada en Diagnóstico y Gestión Ambiental. Tesis, Director: Mr. J.C. Morel, Tema: Eficiencia de la Legislación Nacional y Provincial en la protección de contaminación de la miel de productos veterinarios durante el proceso de producción primaria.